Desde que en el año 1990 empezamos a reproducir nuestras primeras Python molurus en las instalaciones del Reptilario que abríamos unos años antes en Gandia (Valencia) hasta ahora, han pasado ya muchos años. Ya por aquel entonces decidimos que debíamos apostar por la cría en cautividad como medio de autoabastecimiento de muchas especies que, o bien no se podían conseguir fácilmente, o no se aclimataban de manera satisfactoria los que nos llegaban en las importaciones, como era el caso de las Python regius. A la vez el precio que estaban alcanzando algunos animales en el mercado los haría muy pronto prohibitivos y por tanto los dejarían fuera del alcance de muchos.

Pasados unos años y ya trasladadas las instalaciones de Gandia a la finca de Toledo, empezamos a criar más y más especies, añadiéndose a la lista de animales que ya criábamos otros tan raros y difíciles como Malacochersus, G. elegans, Chondropython viridis, Cerastes, etc.

Pero aquello se nos quedaba pequeño, no cabían más animales y no podíamos seguir creciendo como teníamos previsto, aunque tuvimos que esperar hasta el año 2004 para que comenzaran las obras de lo que teníamos en mente desde hacia casi 10 años, cuando adquirimos otra nueva finca, esta ya de más de 22.000 m2 y a tan sólo 4 Km. de la anterior; un gran criadero de reptiles.
      
Y es desde marzo de 2006, ya trasladados a la nueva finca, cuando por fin hemos visto realizado lo que tanto tiempo hemos estado esperando, nuestras nuevas y modernas instalaciones, con diversas salas para incubación, crías, hibernación, criadero de alimento vivo, enfermería, etc. Además de en exterior miles de metros cuadrados dedicados a la cría de tortugas de todo tipo, así como lagartos de diversas especies.

El resultado es una granja de reptiles que se dedica exclusivamente a su reproducción, y que por tanto sirve para satisfacer la demanda que tenemos de estos animales teniendo así que importar muchas menos especies.